top of page

Desde pequeña, la artista francesa Annabelle Tattu, supo que quería dedicarse a al dibujo y la pintura. Fue por ello que estudió Bellas Artes en Metz y más tarde, para complementar sus conocimientos, tomó un diplomado de infografía, lo que le permitió tener un trabajo mucho más estable.

A través de la ilustración, el diseño web, la infografía y la pintura, Tattu expresa sus sentimientos y experiencias.

Ha tenido exposiciones en Francia, en ciudades como París y Niza. También su trabajo ha aparecido en diversas publicaciones.

 

Ha experimentado con diferentes medios para expresarse, pero al final regresa a lo fundamental: el arte a través de la pintura y dibujo. Desde hace dos años, su enfoque se ha dirigido más hacia la pintura, en la que ahora le es posible aplicar todas las técnicas que ha visto y aprendido a lo largo de su vida.

 

La obra de Tattu llamada “L’homme au chapeau” (El hombre del sombrero) se ha convertido en su ícono y apoyo. 

El universo creativo de Tattu es muy amplio. Toma situaciones de su vida, estado de ánimo, lo que ama o la enoja y lo plasma en sus diseños. Es un mundo de fantasía, imaginativo y surrealista.

Es tal su pasión por lo que hace, que es muy difícil que pase muchos días sin hacer ni un solo “rayón”. Sea lo que sea, hay algo que busca ser expresado.

Desde pequeña, Tattu inventaba un gran número de historias. Ahora cuando trabaja, todas éstas le vienen a la cabeza, lo que la ayuda a crear nuevos mundos. Es así como da vida a sus creaciones, en las que los personajes cobran vida y surge el diálogo. De acuerdo a la etapa y momento en el que se encuentre, los dibujos de la artista, evolucionan; hay periodos en los que su vida es muy colorida y también sus diseños, otros, en los que las sombras aparecen en ambos.

 

“Les hommes aux chapeaux” (Los hombres de los sombreros) nacen en CadaquéS, España, en un lugar al que Tattu acudía con frecuencia durante su infancia. Todavía intenta hacerlo cuando le es posible, para relajarse y encontrar inspiración. Estos hombres simbolizan para Tattu todo lo que ella aprendió a lo largo de los años y reflejan su mundo en el que la atención al detalle es fundamental. Ahora gracias a la artista, ellos tienen una vida, una historia, y por lo tanto una identidad.

“Son entidades, espíritus benévolos que viven en un mundo fantástico e irreal que me siguen y me protegen. Habitan mis pinturas, se multiplican, transforman, identifican…”

La espontaneidad es parte del trabajo de la artista, pero también la atención al detalle es fundamental para su trabajo. Es a través de éste que representa sus sentimientos, su forma de ver la vida diaria y sus sueños.

La inspiración la encuentra mientras que trabaja, nace de la vida de todos los días. Con base en el humor en el que se encuentre algo maravilloso puede surgir. La entidad de la que ella habla aparece gradualmente y al final queda el registro de algo que se hace notar; está presente. Dependiendo de cómo se encuentre Tattu, tonos grises pueden quedar en sus creaciones o tintes llamativos pueden aparecer para colorear su mundo. Así comienza la historia, una historia de la que Tattu es creadora y responsable.

 

 

bottom of page